Déficits Vitamina D

La vitamina D a pesar de su denominación como vitamina, es más bien una hormona esteroidea dada su síntesis y comportamiento con funciones endocrinas, paracrinas y autocrinas.

¿En qué funciones está implicada la Vitamina D?

Contribuye a la regulación de la absorción y homeostasis del calcio y el fósforo, manteniendo la calcemia en condiciones normales.

Permite asegurar la correcta mineralización de los huesos, los cartílagos y los dientes.

Junto al calcio, reduce la pérdida mineral ósea en las mujeres menopáusicas disminuyendo el riesgo de fracturas relacionadas con la osteoporosis. Al evitar la calcificación arterial reduce su rigidez y previene el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

También contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, regula la secreción de insulina y está implicada en la regulación de la proliferación y diferenciación celular.

¿Dónde podemos encontrar la Vitamina D y cómo se obtiene?

Las fuentes naturales de vitamina D en los alimentos son escasas

Fundamentalmente pescados azules, huevos y lácteos donde la encontramos en forma de colecalciferol (D3) y ergocalciferol (D2). Sin embargo, la mayor parte de la vitamina D procede de la biosíntesis en la piel por la acción de los rayos UV de la luz solar en forma de colecalciferol (D3).

La Vitamina D debe ser metabolizada mediante hidroxilación por el hígado (calcifediol, 25(OH)D), y por los riñones a su forma activa denominada calcitriol.

¿Cuáles son las causas del déficit de vitamina D?

El indicador más importante del estado nutricional de la vitamina D es la medida de los niveles plasmáticos de la 25(OH)D.

A pesar de que no existe un consenso para definir los rangos de referencia, la mayoría de los autores coinciden en que valores inferiores a 10 ng/ml corresponden a déficit severo (capaz de producir raquitismo y osteomalacia) y niveles inferiores a 20 ng/ml (50 nmol/l) corresponden a deficiencia.

La deficiencia de vitamina D tiene múltiples causas: baja exposición solar, patologías asociadas que cursan con malabsorción, hepáticas, renales o medicación asociada.

La carencia de vitamina D provoca un descenso de la densidad de masa ósea, lo que puede generar osteoporosis y, por consiguiente, fracturas y caídas.

Otras patologías que se relacionan con el déficit de vitamina D son enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis reumatoide, cáncer, Alzheimer, esclerosis múltiple, etc.

Cuando no conseguimos llegar a los niveles normales de vitamina D por baja ingesta o poca exposición solar, la ingesta oral de vitamina D3 es necesaria para satisfacer los requerimientos de vitamina D.

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